Vestida de ornamentos, el alma extática ondea resplandeciente,
Brota la turba rosada con su pálido color púrpura.
Y juega su oro a través del agua,
Con el dulce alimento que añoran los trovadores,
Que anhela habitar en el péndulo de los deseos,
O te arrastras lentamente al ras de tu existencia,
En tu pabellón chocan canciones como olas,
Tu mar indomable como tu…
Te susurro con el amor de mis besos.
En el emblema de los pensamientos,
Saldrá victoriosa la estrella pensativa brillara otra vez,
Y lo que es tuyo es mío,
Tan bien yo soy un objeto. que deja restos de mi gloria,
Estos jirones te representan a ti.
Y nos representan a los dos,
la noche da soporte, abriendo lo que oculta
En su violenta cosecha, una sombra vela su magia,
Humedecida la oscuridad, queda ejecutada la ansiedad del verso,
Se extiende en la áurea del cuerpo.
Mi boca petulante se oculta en las virtudes gozosas,
En ti soy la embriaguez del placer,
Amor, soy enseñanza infinita que borda los deleites,
El sermón y la lógica, que renueva profundamente.
Y penetra hasta el alma, humedeciendo la noche su validez,
Celestial, delicia en color de bronce.
Donde se bebe la dulce copa de vino
En el cristal de los sentidos,
En una subrepticia de melodías,
Creo en los húmedos lazos. que se convierten en amantes.
Y alimentan los sentidos mutuos en la magia del verso,
Hay amor, otra vez los embrujos se prolongan,
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