Zambullido en sus versos verdes,
Verde viento, verde rama,
Que aún perviven perennes.
Sentí la pena y el romance
Como si fueran cascabeles,
Que a pronto te suenan dulces
Y a pronto el alma hieren.
La magia y el embrujo siempre,
Sus versos como pinceles,
Con una musa dichosa
La luna y sus desdenes.
Sentí cantar pajarillos,
Que entre coronas de claveles,
Parecían reñir al viento
Con sus posesos vaivenes.
Y pude ver en mi mente,
Al barberillo en su puerta,
Y a la Lola cantar saetas
Que a torerillos entretiene.
Y aquella Soledad Montoya
Que bajaba el monte oscuro,
Cobre amarillo sus carnes
Y esos muslos que sostiene.
Me apené del apaleado,
O del gitano que muere,
El de los zapatos corintos,
Capricho de mil mujeres.......
Y ya puestos a ser valiente,
Volví a sus versos verdes,
Con el compadre sagrado
Que quiere subir a las barandas,
El que él ya no es él,
Ni su casa es ya su casa,
El que si fuera mocito
Aquel trato lo cerraba.
Y elevé mi admiración
Porque otra vez me ganaba,
Y elevé mi admiración,
Hacia un poeta que amaba
Su tierra con gran pasión,
Su Andalucía, su Granada,
Y la tierra que lo parió
Lo vio partir en la nada…
¡Christopher YEXHUA¡¡
.Copyright © 2012,
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