Verteré el poema en raudales de frutos y savias
Flamea viento de amor con el temblor de las frases
Cuerpo enloquecido, infinito cielo de refugio,
Quiero insertarme en tu cuerpo vivo
En esa dulce marea que mi boca ahogas.
Donde anidan los besos en apuñalamientos,
Voy arañando tu piel del hueso,
Tengo sumida la luz de tu primavera en un sueño,
Lirio amado también estoy en un mar de recuerdos,
Llena de vida entre el vuelo los cabellos del crepúsculo
Va el alba naciente abriendo la eterna rosa presente,
Quien me robo el sueño, y me saco de las llamas
Yo añoro la infinita parcela de fuego, para sentir la vida,
Debajo de los labios eternos de la noche.
En la dulce rosa halle una brisa caliente,
Va rompiendo el iris su velo
Vives abierta a una guerra,
Mi grito es angustia acuchillada
La luminosidad del viento,
Soy, la voz empuñada con gritos de llamas
Amada, eres el blanco cisne de alas ardientes
De mi boca brotan mariposas doradas.
Absorbo la sombra de la fuente misma de la vida.
Bajo mi boca florecen sombríos ramos de amor.
Dilato los paisajes del horizonte con la vigilia de mis labios.
Enjuago las estrellas en las fuentes que hospeda mi boca,
Seré peregrino de un destino
Mírame con el vibrar de tus sueños
Tócame con la voz del anhelo
Básame con el corazón del misterio
Ámame con el matinal fuego,
Quemare tu cuerpo con los besos del silencio
Bordare el olor que evoca la rosa de tu universo
Todo mi silencio florecerá en tus labrados de versos,
Porque amarse en el fuego fusila la tibia distancia del sueño.
Florezcan tus claveles en el rincón de mi alma.
Que la esperanza sean ríos y tus labios el panal de mi boca,
Tu cuerpo el fuego en olas de vida,
Mi cuerpo te ofrece espada encendida
.Copyright © 2012,
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